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martes, 1 de febrero de 2011

Aullido triste de trompeta

Después de numerosas lecturas, de muchas opiniones, de muchas reuniones, de cientos de reflexiones, el inigualable Alex de la Iglesia dejará la presidencia de la academia española de cine.

Es una auténtica pena, porque después de lo que ha conseguido en el último año y medio se ha visto obligado a dejarlo. No le han sometido a ningún tipo de presión, han sido sus propias palabras e ideas las que le han obligado a aparcar la dirección de la academia y es que a una persona que destaca por lo transparente que es, no le está permitido tener un cargo en el que se represente a un colectivo. Es muy difícil representar a un grupo de gente con unos interés tan claros cuando uno no está de acuerdo completamente con esos intereses.
Por eso quiero aplaudir una decision tan valiente como la de opinar abiertamente lo que uno piensa, asumir las consecuencias y tomar la decisión más difícil y más justa. Así es de la Iglesia, directo, sincero, consecuente. Y todo esto es lo que podemos ver en sus películas. Un desmadre de cruda realidad.
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1 comentario:

  1. Hombre, lo "único" que ha hecho ha sido asumir un error. Entrecomillo la palabreja porque con los tiempos que corren no es fácil tomar una decisión de ese tipo; y menos con la repercusión que se sabe que va a tener. Eso lo vemos un montón de veces en la vida (dejar que tu opinión personal adquiera importancia donde no debe: en el trabajo -depende del trabajo-), y pocas veces vemos pedir perdón por ello, vamos, yo... así a bote pronto... ninguna.
    Pues eso, al menos ha dicho "me he equivocado" y eso merece que merece un OLEEEEEEEEEEEEEE

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